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Cómo trocear una vaca


En los kioskos callejeros de Buenos Aires, el viandante puede adquirir bonitos posters donde aprender como se trocea convenientemente una vaca. Se trata de conseguir lo mejor de este animal una vez despellajado, claro. El pellejo no se come a no ser que seas Charles Chaplin, estés hambriento y no te quede más remedio que comerte un zapato (que está hecho con pellejo de vaca). Eso si, con un poco de sal.


Pero, no nos desviemos del asunto: queremos saber cómo se obtienen las mejores piezas de una vaca argentina muerta y despellejada. Para ello, nada mejor que un poster (hay otra opción, pero es más lógica). Para ser justos: Este tipo de carteles también se pueden adquirir en países de lengua inglesa, francesa, alemana..., sin ir más lejos.


No tiene demasiada importancia el idioma que hable el propietario de la vaca porque el meollo de la cuestión está en el consumidor. Y aquí hay factores determinantes como el gusto, el poder adquisitivo, el tipo de receta y, por supuesto, la religión. Un hinduista no puede comer carne de vaca. Lo tiene prohibido. Mirando el cartel (no el que aparece en la ilustración, sino el que compré en Buenos Aires) te hace reflexionar sobre la lucha de clases, el cambio climático, el envejecimiento del ser humano,... Y estas cosas estaba cuando me di cuenta que tres personas esperaban a que acabase para comprar su diario.

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