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La corregidora de Querétaro


La obra más importante y permanente de los vascos de México sigue siendo hoy el Colegio de San Ignacio de Loyola, popularmente conocido como “de las Vizcaínas",vinculado a la Cofradía de Nuestra Señora de Aranzazu, fundado en 1732 e inaugurado en 1767. Su alumna más famosa de Las Vizcainas fue, sin duda, María Josefa Ortiz (de Zarate), “la Corregidora”. Pasó a la historia por ser una mujer valiente que arriesgó su vida, cuando informó que la conspiración independentista de Querétaro, había sido descubierta. Gracias a este suceso, el Padre Miguel Hidalgo dió inicio a la lucha de la independencia en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Sin este significativo aviso, la conspiración hubiese sido descubierta y todos los iniciadores no hubieran logrado su principal cometido, pelear “contra el yugo de la Corona española”.

María de la Natividad Josefa Ortiz (de Zarate) Girón es mejor conocida como Doña Josefa Ortiz de Domínguez, la Corregidora de Querétaro. Fue hija de los españoles Juan José Ortiz de Zarate y María Manuela Girón. Nació en Valladolid, hoy Morelia, en 1768. Creció en la Ciudad de México, pues sus padres murieron cuando ella era muy pequeña, quedando bajo la tutela de su hermana mayor María Sotero, quién solicitó al Colegio de las Vizcaínas, un lugar para su hermana y se le concedió por ser descendiente de vascos nacida en la Nueva España.

Siendo alumna del colegio, conoció a quien sería su marido, que era viudo y visitaba muy a menudo el colegio. Se enamoraron y se casaron en secreto en 1791, tuvieron 14 hijos. Miguel Domínguez era secretario de la Real Audiencia y posteriormente, en 1802, fue nombrado Corregidor de Querétaro, así que se establecieron en dicha ciudad. Se dice que rápidamente se ganaron la simpatía de la sociedad queretana de la época, integrándose así a diferentes grupos sociales

La historia comenzó cuando, el 13 de septiembre de 1810, se informó al juez eclesiástico Rafael Gil de León, que se estaba preparando una conspiración en Querétaro para proclamar la independencia de México, puesto que se estaban almacenando armas en las casas de los simpatizantes del movimiento revolucionario. Rápidamente dicho juez informó al corregidor Domínguez para que interviniera en el asunto. Dominguez sabía todo y para salvaguarda a su propia familia encerró a su esposa en su habitación pero ella se las ingenió para avisar a los revolucionarios. Para avisar de su encierro, taconeó en el suelo y, luego, hizo llegar una nota hecha con recortes de otros textos[1]. Hidalgo entonces decidió adelantar el levantamiento a la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Gracias por ello a este aviso de Josefa, apodada “la corregidora,” muchos conspiradores pudieron escapar antes de ser detenidos por las autoridades virreinales, sin embargo fueron delatados dos días antes y tanto su marido como ella fueron detenidos el mismo día que se produjo el grito de Dolores.





[1] Al parecer, doña Josefa hacía llegar mensajes a sus correligionarios con letras recortadas de papeles impresos que acumulaba y pegaba ordenadamente en papel china. No se sabe si lo hacía para guardar su identidad.

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