Marguerite y el largo viaje de Zenón
Foto: Edouard Bobard
La primera imagen de Marguerite Yourcenar es la de una apacible y dulce abuelita de permanente sonrisa. Nada indica, contemplando el retrato de Edouard Bobard, que nos encontramos ante una de las glorias literarias del siglo XX, cuya biografía constituye su mejor historia. Ha leído bastantes "cosas" suyas. Todas me han impresionado de una forma u otra. En Alexis o el tratado del inútil combate, se aborda el tema de la libertad sexual (de la homosexualidad, ella era lesbiana: vivió cuarenta años con Grace Frick hasta que enviudó) con sensibilidad infinita. De Sus cuentos orientales, me quedo con el de La Viuda Afrodisia y su trágico final. Con éstos, El denario del sueño y, por supuesto, Memorias de Adriano, que es mucho más que una novela histórica. Pero, ahora, toca hablar de otras de sus noveles (no menos histórica), Opus Nigrum que ocupa el número 26 de Inventario.
Siguiendo al imprescindible Beigbeder, ha que dejar claro que "todas las novelas de Yourcenar son totalmente ajenas a la actualidad y Opus Nigrum que ella considera su libro más importante, no es la excepción a la regla. Cuenta la vida de un médico del renacimiento, una especie de alquimista sin Paulo Cohello o de húsar sin tejado. Este aventurero de una época perdida viaja a través de Europa curando a ricos y pobres. El problema radica en que además también practica la filosofías, lo cual le crea enormes problemas, ya que le toman por el Anticristo (de hecho es bastante peor: es un anarquista nada mundano). Perseguido hasta Brujas, su ciudad natal, dejaran que le condenen a muerte sin oponer resistencia, igual que Meursault al final de El Extranjero o que Giordano Bruno".
La trama de la novela se desarrolla en Flandes en los tiempos de las guerras de religión de la Reforma protestante, del Concilio de Trento: En el enfrentamiento entre Catolicismo y Protestantismo no hay espacio para la tolerancia. A pesar de ésto, el de Zenón es un viaje en busca del conocimiento y de la libertad: "Cada noche que pasaba a la cabecera de un hombre enfermo me situaba frente a unas preguntas sin respuesta: el dolor y sus fines, la benignidad de la naturaleza o su indiferencia, y la de si el alma sobrevive al naufragio del cuerpo".
Zenon estudia los astros, la fusión de los metales o la circulación de la sangre, desafiando a la Inquisición, aunque lo que persigue es el Opus Nigrum, fórmula alquímica que explica la disolución de las formas y, quizá. un símbolo de las pruebas del espíritu para librarse de la materia.
Grace Frick y Marguerite Yourcenar (1955)
Opus Nigrum está dividido en tres grandes apartados. Cada uno de ellos agrupa una serie de capítulos. Once, seis y cinco, respectivamente. Comienza cada una de estas parte con una cita. La primera, del Oratio de hominis dignitate, de Giovani Pico de la Mirandola, considerado con un "manifiesto del Renacimiento". La segunda en una cita alquímica ("Obscurum per obscurius/Ignoto per ignotius"). La tercera del Julián (Juliano)de Medicis, el banquero de Florencia.
Las ediciones de Marguerite Yourcenar traen en ocasiones notas y explicaciones. Ocurre en Alexis, en El denario..., en las Memorias de Adriano, y, por supuesto, en Opus Nigrum. Da la impresión de Marguerite (que, en realidad, se llamaba Marguerite Antoinette Jeanne Marie Ghislaine Clenewerck de Crayencour) no deja nunca de trabajar su obra, ni siquiera cuando ya se ha publicado. Mientras tanto, hagamos caso a Beigbeder: "...disfrutar de la gran erudición de Yourcenar, de su estilo clásico, inluso ascético (a veces uno tiene la impresión de estar leyendo una auténtica novela del siglo XVI, incluso el vocabulario de esta época..."