Lo que el culo no aguantó o el hambre que no pasará Escarlata
Si le mentamos a alguien la película "Lo que el viento se llevó" (Gone with the wind), si le suena o la ha visto, se pondrá tremendón o tremendona, reproducirá la secuencia del cielo rojo y cuando Scarlett O'Hara pronuncia, en tono más que dramático: "¡A Dios pongo por testigo que no volveré a pasar hambre!" Muchos, seguramente, serán incapaces de resumir la cinta, aunque recibió un Oscar a la mejor película. Tampoco es raro porque dura ¡cuatro horas! De ahí el subtítulo: "Lo que el culo no aguantó".
Vivien Leigh (Scarlett O'hara), Clark Gable (Rhett Butler), Margaret Mitchell, Victor Fleming (director), and Olivia De Havilland (Melanie Hamilton) en la premiere of Gone With The Wind en Atlanta el 15 de diciembre de 1939.
La película tiene su origen en la novela de la periodista Margaret Mitchell que escribió un auténtico tocho. Había sufrido lesiones de consideración tras un accidente y fue durante su recuperación donde empieza a escribir la famosa novela, la cual tardo diez años en terminarla y una vez impresa se convirtió rápido en un producto de superventas, en 1949 se habían imprimido 8 millones de ejemplares ejemplares y la novela se había traducido a 30 idiomas. En 1937, ganó el Premio Pulitzer de Novela y, en 15 de diciembre de 1939, tuvo lugar la premier de la película en Atlanta y, en enero, se estrenó en los cines de Estados Unidos. Por cierto, para horror de Frèdéric Beigbeder, la novela en cuestión ocupa el puesto 38 de Inventario: "¡Solo porque nuestros 6.000 votantes han visto la vieja política con Clark Gable".
Lo que el viento se llevó es un drama romántico, aunque no falta quien lo califique de melodrama. La novela gira en torno a la historia de una joven de una familia aristócrata sureña, Scarlett O'Hara, en la época de la Guerra de Secesión. Scarlett está enamorada del heredero de otra familia aristócrata, Ashley Wilkes, del mismo condado de Georgia donde vive su familia; pero éste se casa con otra mujer, Melanie Hamilton (que paradójicamente terminará siendo la mejor amiga de Scarlett). Al mismo tiempo, Rhett Butler, un aventurero cínico y desvergonzado expulsado del seno de su familia (otra familia aristócrata, pero de Carolina del Sur); se enamora de ella y la trama se desarrolla en medio de la lucha de Rhett por conquistarla y el empeño de Scarlett por negar su creciente atracción por él, obstinándose en seguir enamorada de Ashley. Paralelamente Scarlett, su familia y el resto de los personajes de la novela deben hacer frente a las terribles consecuencias de la Guerra de Secesión y la etapa posterior a la guerra; el personaje de Scarlett deberá madurar en medio de tan terrible prueba, dejando de ser la niña frívola, malcriada y algo ingenua de principios de la novela para convertirse en una mujer implacable dispuesta a todo para salvar a su familia del hambre, aunque tenga que recurrir a métodos poco "éticos" y "honorables" para sobrevivir.
Desde el principio queda claro que las personalidades de Scarlett y Rhett son similares, y esa similitud se acentúa a medida que avanza la novela; son personas complejas y contradictorias, básicamente unos rebeldes inconformistas que se sublevan contra los convencionalismos de la época. Tanto él como ella son cínicos y románticos, egoístas pero al mismo tiempo generosos, pragmáticos e idealistas. La historia mantiene hasta el final y más allá el suspenso sobre el destino de la relación entre Rhett y Scarlett, sobre si ella finalmente puede olvidar a Ashley y encontrar el amor y la paz con Rhett. De por medio muchas vicisitudes y relaciones de Scarlett con otros hombres por despecho o por interés.
Para Beigbeder, Los que el viento se llevó, es un best-seller. Como mucho, un libro del siglo XIX: "¡Que el viento se lleve esta novela!". Le va a costar. La versión que yo he leído tiene 1.0552 páginas. Su comienzo es, como poco, curioso:"Escarlata O'Hara no era bella, en realidad, pero los hombres no solían darse cuenta de ello hasta de quedar cautivos en su sutil hechizo. (...) En el rostro de Escarlata contrastaban manifiestamente las delicadas facciones de su madre, una aristócrata de la costa, de familia francesa, con las toscas de su padre, un irlandés". ¡Toma ya! Por poner ejemplos recientes (y menos) de irlandesas bellas: Evanna Lynch, Salrah Bolger, Katie McGrath, Rosana Davison, Holly Carpenter, Roanna Purcell, Katie Larmour, Vogue Williams y, por supuesto Saoirse Ronan. De las de toda la vida, Mauree O'Hara y con abuelos irlandeses en ambas ramas, Ava Gardner. Yo no, por lo particular, no olvido la belleza de mi amiga Terry Griffith, de Waterford. ¿Qué habrá sido de ella?.
La buena de Margaret Mitchell falleció atropellada por un coche en Atlanta el 16 de agosto de 1949. Tenía 49 años.