El silencio del mar: la débil resistencia
Le silence de la mer, de Olga Székely-Kovacs
El silencio del mar, de Vercors (pseudónimo de Jean BruLler) ocupa el puesto 42 del inventario. France Press, cuando anunció la muerte del escritor se refirió a él como "uno de los más prestigiosos representantes de la Resistencia a la ocupación nazi". Fue además fundador, junto a Pierre de Lescure, de la editorial Minuit, que en 1941, publicó esta obra, primer libro clandestino aparecido bajo la ocupación de Francia.
La dedicatoria a Saint-Pol-Roux, lejos de ser gratuita, confirma y subraya el sentido de la narración. El poeta, amigo de Jean Moulin y Max Jacob, murió en diciembre de 1940 en el hospital de Brest, seis meses después de que un soldado alemán ebrio forzó la puerta de su casa, mató a la criada y violó a su hija, Divine (la violación fue negada a continuación). El homenaje es explícito; las autoridades que pudieron cubrir un crimen así no podían tener credibilidad cuando proponían colaborar con ellas. Los escritores que aceptaban colaborar con ellas se convertían en cómplices.
Le silence de la mer, de Luc-Albert Moreau
Cuenta cómo un anciano y su joven sobrina, también habitantes de un pueblo, deciden ejercer esa resistencia negándose a hablar con el capitán alemán que está alojado en su casa. Él es militar por tradición y excompositor de música, además de educado, cortés y comprensivo con la situación. Este tratará de acercarse a ellos con monólogos sobre la esperanza de hermandad y la admiración mutua entre ambos países. Pero no tendrá éxito. Al final se desilusiona cuando se da cuenta de que la meta final de los suyos no es construir sino destruir y terminará marchándose. Sin embargo, no dejará indiferentes ni al anciano ni sobre todo a su sobrina, que además sospecha de las actividades de la Resistencia alrededor y a la vez se siente profundamente atraída por el capitán.
La historia se inspira en hechos reales. Vercors acogió en su casa a un oficial alemán con una pierna rígida que jugaba al tenis para rehabilitarla. Sin embargo, no se estableció ninguna relación entre ellos, aunque Vercors se dio cuenta de que el oficial sentía por Francia cierto apego, lo que se demostraba porque poseía numerosos libros franceses y un busto de Pascal. A partir estos elementos, Vercors escribió el relato que conocemos, convirtiendo a su esposa en nieta para crear un vínculo pasional más dramático. Redactado durante el verano de 1941, el libro se acabó de imprimir el 22 de febrero de 1942. Numerosos lectores notaron un retraso entre el relato y la realidad de la situación: para los que no soportaban más el yugo alemán el tiempo del silencio ya había pasado. Había llegado la hora de la lucha.