Canterbury sin cuento
Pilgrims at the Gate, de Jenny Armitage (acuarela)
Canterbury forma parte de mi biografía. Mi parroquia originaria, donde me bautizaron (y bautizaron a mi madre, a mi abuelo, a dos de mis bisabuelos,...) está bajo la advocación de Santo Tomás de Canterbury (Tomás Moro: Becket). Muchos años después (de mi bautizo) hice un viaje en tren desde Beckenham y Carterbury, ambos lugares en Kent. El viaje fue bastante aburrido. Lo hice en uno de aquellos trenes con compartimentos "individuales". Pero, mereció la pena. Era una auténtica ciudad medieval, aún no contaminada por el turismo masivo. En la calle coincidí con una un grupo de peregrinos católicos, una banda de música del Salvation Army y un grupo de señoras de cierta edad que hacían propaganda...para el ingreso del Reino Unidos en la entonces Comunidad Económica Europee. ¡Qué tiempos! Comí en el "wimpy" y regresé a Beckenham a tiempo para tomarme una cerveza en el pub.
Ya basta de aventuras juveniles. Hoy tocan los Cuentos de Canterbury. obra del poeta medieval Geoffrey Chaucer, también cortesano, diplomático, miembro del Parlamento inglés y controlador de impuestos reales en el puerto de Londres. Sus Cuentos se encuentran entre los 100 mejores libros de la historia.
En una reinterpretación de Las mil y una noches, el sultán cede su puesto de protagonista a unos peregrinos que se dirigen a la catedral de Canterbury para visitar la tumba de Santo Tomás (el mío), arzobispo de aquella ciudad y son los peregrinos protagonistas quienes para entretenerse durante las largas noches de descanso tras las jornadas de fatigoso caminar, relatan cuentos protagonizados por mercaderes, frailes, taberneros...
Resumiendo. Geoffrey Chaucer no siguió un patrón determinado ya que algunos de los cuentos estaban escritos en verso, otros en prosa, algunos fueron de creación propia y sin embargo, otros de tradición popular. Los cuentos son relatados por cada uno de los personajes que se dirigen hacia la Catedral de Canterbury desde Southwark para hacer una visita al templo de Santo Thomas Becket. Sin embargo, lo que en un principio parecía ser una obra de temática religiosa por la razón por la que los personajes hacían dicho viaje, no lo es, ya que esto solamente justifica que un conjunto de personalidades tan dispares coincidan en un mismo trayecto. A parte de esto, no se muestra en ningún momento ni que un personaje sea más religioso que otro ni que se detengan para rezar o algo parecido. Los Cuentos que he leído tiene una excelente traducción de Juan G.(Gonzalez Blanco) de Luaces.
Por supuesto, también en este caso hay película, que firma, como en el caso de El Decameron, Pier Paolo Pasolini. La cinta ha envejecido muy mal. Lo digo por si a alguien se le ocurre cambiar la película por el libro. El libro es infinitamente mejor.
Canterbury forma parte de mi vida.