El colmillo retorcido de Jack London

Hace unos pocos años, mi amigo Antonio Fernández Aguirre publicó El cabaret del cielo (Ed. Circulo Rojo, 2014), una novela que narra las aventuras de una adolescente que sueña con convertirse en bailarina de can-can y que recorre las tundras del Yukón en los días de la fiebre del oro a finales del siglo XIX. Antonio, claro, recorrió él mismo los escenarios en los que, luego, se desarrollará la novela. El marco es el mismo que el de algunas novelas de Jack London (La llamada de lo salvaje , Colmillo blanco, La quimera del oro, El silencio blanco, este último -en realidad, una colección de cuentos- es mi favorita entre la serie de Alaska ). Debo decir que, en general, London no me apasiona. Prefiero a Kipling, a Marc Twain, a Stevenson,... Hay dos cuestiones que sí me llaman la atención: su trabajo como periodista (era un un maestro del reportaje) y su relación con la política (por acción o como referencia). El mejor ejemplo, síntesis de ambas cuestiones, lo encontramos en El pueblo de abismo que, en palabras de su autor: "Es el único libro que escribí con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas".

Jack London en Londres, 1902

En 1902 Jack London estaba en Londres. Pretendía partir desde allí como reportero a la guerra de los boers, pero su periódico suspendió el viaje. Se quedó en Londres una larga temporada. Visitó el East End y comprobó las penurias y la violencia de la que eran víctimas los desheredados de la industrialización en la época eduardiana. Aquello supuso para él una conmoción tan fuerte que no pudo sino escribir un libro. Se hizo pasar por mendigo, durmió en albergues públicos, compartió con los más pobres alimentos putrefactos, Sufrió, en fin, la misma violencia que las gentes del East End londinense sufrían. El pueblo del abismo es, sobre todo, un reportaje de investigación impresionante. Ha habido numerosas referencias anteriores de las condiciones de los barrios y tugurios en Inglaterra, en particular La condición de la clase obrera en Inglaterra en 1844 por Friedrich Engels. Sin embargo, las fuentes eran de segunda mano y no se basaban en un estudio de primera mano. Jack London fue un hombre muy exitoso, y su prestigio lo hizo aún más popular.

El pueblo del abismo tuvo un gran éxito en Estados Unidos, pero, como no podía ser de otra forma, recibió un aluvión de críticas en Inglaterra. El periodista británico y el editor Bertram Fletcher Robinson escribió una reseña del libro para el diario londinense Daily Express. En esta pieza, Fletcher Robinson dice que sería "difícil encontrar un volumen más deprimente". Pasados los años, la obra recibió elogios por igual en la Unión Soviética y en la Alemania hitleriana (si bien aquí la censura suprimió algunos párrafos en los que London se compadece de los judíos polacos emigrados a Inglaterra, otras víctimas). Jack London se hizo socialista a la edad de 20 años. Previamente, había estado poseído de un optimismo reprimido el cual venía de su salud y su fuerza, actuando de forma individual, trabajando duro y viendo al mundo como algo bueno. Se quejó acerca de los "ineficientes trabajadores italianos" en su empleo. Y mostró una más que racista portura ante los inmigrantes chinos que llegaban a su San Francisco natal. Escribió The Unparalleled Invasion: Estados Unidos inventa una plaga con la que bombardea China desde lo alto (presagio de Hiroshima y Nagasaki) aniquilando a la población. Sin embargo, la plaga se convierte en varias epidemias que amenazan a los occidentales. Vamos que los del COVID no es un invento nuevo.

Harry Houdini y Jack London.

La formación intelectual de London podría considerarse como voluntariosa: incluyó heterodoxas lecturas (Rudyard Kipling, Herbert Spencer, Charles Darwin, R. L. Stevenson, Thomas Malthus, Karl Marx, Edgar Allan Poe, y, sobre todo, la filosofía de Nietzsche) que, al final de su vida, le convertirían en una mezcla de socialista y fascista ingenuo, discípulo del evolucionismo y al servicio de un espíritu esencialmente aventurero.

Pero, volviendo al principio, si alguien quiere disfrutar del mejor Jack London, que lea El Pueblo del Abismo, una obra maestra. Quien quiera hacer un viaje intenso por el Yukón que lea El cabaret del cielo. Eso y mirar las auroras boreales.