El sexus de Henry
"Debe haber sido la noche del martes cuando la encontré por primera vez; en un salón de baile. Después de haber dormido una o dos horas, me presenté a trabajar a la mañana, con el aspecto de un sonámbulo. El día pasó como un sueño. Después de comer me quedé dormido, totalmente vestido, en el diván y desperté a eso de las seis de la mañana siguiente. Me sentía como nuevo, puro de corazón y obsesionado con una idea: la de conseguirla a toda costa".
- H. Miller, Sexus.
En la lista de Los 100 libros del siglo XX según Le Monde, La crucifixión rosada, el tríptico formado por Sexus, Plexus y Nexus, de Henry Miller, ocupa del puesto 95. Estos tres títulos documentan el período de la vida del autor desde su primer divorcio hasta poco antes de su partida a Francia. La trilogía nos descubre nuevas facetas del arte de Miller y forma parte de la obra narrativa mayor de uno de los autores más personales de todos los tiempos. A pesar de ser una de las mejores trilogías de la literatura universal se censuró en los Estados Unidos, pero, eso sí, se publicó en París y Japón. Miller es uno de los autores que, seguramente sin proponérselo, más hicieron por el triunfo de la libertad de expresión en la literatura y por la distinción entre los juicios morales y los juicios estéticos. Tras su paso por el City College de Nueva York y después de aceptar los empleos más diversos, en 1930 se estableció en París, donde se dedicó de lleno a la creación literaria y llevó una vida independiente y anticonvencional que lo convirtió en el ejemplo más conocido de bohemia moderna y en un modelo para la beat generation (Burroughs, Kerouac, Ginsberg...) y para autores como Bukowski o Norman Mailer. El erotismo forma parte de la literatura desde los tiempos bíblicos. Piénsese en el Cantar de los cantares. ¿Qué decir del Kamasutra?. Autores como Boccaccio, el marqués de Sade, D.H. Lawrence, Marguerite Duras, Oscar Wilde, Nabokov,... han utilizado con maestría el erotismo. Es cierto que, haciendo caso a Kundera, el escritor no inventa el erotismo. el erotismo es algo que está en alguna parte ahí detrás.
Rincón de Henry Miller Library en Big Sur, California
Fue el año en que me licencié de la "mili" (1978) cuando cierta progresía "descubrió" a Henry Miller. Aquel año, Alfaguara-Bruguera publicó los "Trópicos" (Cáncer y Capricornio). En las estanterías de los amigos, los lomos de los libros eran bien visibles. En ocasiones, cerca, se percibía el Monde de Venus de Anaïs Nin, para que no faltase de nada. Tenía gracia la cosa. Desde hacía más de diez años, los libros de Miller eran accesibles en castellano gracias a las ediciones bonaerenses de Santiago Rueda. Yo me hice con ellos por "sugerencia" de John Lennon. ¡Qué nadie se asuste! Había leído una entrevista suya en la decía, más o menos: "Solíamos ir a París sólo para comprar los libros de Henry Miller, porque estaban prohibidos en Inglaterra y todo el mundo los quería". Conseguí los títulos más conocidos en la librería El Parnasillo de Pamplona (calle Paulino Caballero) y en la librería Argentina de Madrid". Eran días de plenitud de la revolución sexual. Eran los tiempos de aquel Je t'aime moi non plus que nos ponía Pepe Martínez en la discoteca del Dulcinea, de Oh Calcutta, que vi en Londres invitado por mi amiga Amaia, de Getaria, de El último tango en Paris, aquella película de Bertolucci que provocó tantos viajes transpirenaicos Yo, concretamente, la vi en Toulouse con Erwin Mauch y Carlos Roldán, aprovechando que íbamos a un concierto de Pink Floyd (junio de 1974).
La historia había comenzado en 1934 cuando la editorial Obelisk Press publicó Trópico de Cáncer en París en 1934 e inmediatamente fue censurado por obsceno en los Estados Unidos. En 1961 Trópico de cáncer se publicó finalmente en los Estados Unidos por la editorial Grove Press. Ninguna agencia de prensa podía haber elaborado una campaña de publicidad mejor que la que la censura había estado realizando para él durante las últimas décadas. De la noche a la mañana, Trópico de cáncer pasó de libro prohibido y objeto de culto underground a bestseller. La gente corrió a las librerías, estimulada por la atracción de lo peligroso. El año de su publicación vendió un millón y medio de copias y otro millón el año siguiente. Pero el éxito vino acompañado del escándalo. El conservadurismo americano iba a movilizar todos los recursos a su alcance para impedir la difusión de la obra de Miller. El año de su publicación, en los tribunales de los Estados Unidos se recibieron 60 acusaciones contra su publicación. Ante las acusaciones de pornografía de los sectores más puritanos y conservadores de la sociedad americana, el Tribunal Supremo lo declaró obra literaria. La sentencia marcó un antes y un después en la libertad de expresión y abrió el camino a la Revolución Sexual. El juicio acabó en 1965, después del cual el resto de libros de Henry Miller se publicaron por Grove Press.
Henry Miller y dos modelos de Play Boy
Cuentan sus biógrafos que, cuando Henry Miller tuvo plena conciencia de su madurez sexual, a los 18 años, se dedicó de lleno a cultivar lo que se conoce como el "periodo atlético" de su vida. Hasta cumplir los 25, aquel joven de Nueva York que aún no había escrito nada, ni había conseguido un trabajo decente, ni tenía aspiraciones reales en la vida, por lo menos sí se lo había follado todo entre Brooklyn y Manhattan. Está claro que Miller fue lo que Sigmund Freud bautizó como "tipo erótico": " Los eróticos son personas cuyo interés principal- la parte considerable de su líbido- está concentrado en su vida amorosa". Nació en Nueva York en 1891 y falleció en California en 1980. Alcanzó la popularidad sólo relativamente tarde, pasados los cuarenta años de edad. De familia pobre, consiguió entrar en el City College, al que asistió sólo unos meses por culpa de su naturaleza rebelde. Luego trabajó en multitud de empleos, hasta que en 1924 empezó a escribir cuentos. En 1923 realiza su primer viaje a Europa con su segunda esposa, June Edith Smith. Pero no es hasta 1930 que Miller decide establecerse en París, donde encontró bastantes temas para sus libros y un ambiente propicio para su vida bohemia y turbulenta.
Con Anaís Nin
En París Miller conoció a Anaïs Nin, que lanzó su carrera literaria y con quien tuvo una apasionada relación amorosa. El lazo entre ambos fue tan fuerte que siguieron siendo buenos amigos, incluso después de dejar de ser amantes. Cuando se conocieron Anaïs Nin ya era una escritora famosa, conocida por su sensualidad y erotismo, que no sólo lo ayudó económicamente mientras vivió en París, sino que lo ayudó a publicar su primer libro, Trópico de cáncer (Tropic of Cancer), una novela autobiográfica sobre su vida en París, donde las escenas de sexo descarnado se alternan con la búsqueda del yo interior y las meditaciones sobre el desarrollo espiritual de la persona. El escritor Miguel Álvarez resalta que " alma y cuerpo, lo obsceno y lo elevado, lo sórdido y lo puro, esos son los antagónicos materiales con los que Henry Miller construyó su literatura y que en los trópicos millerianos encuentran acaso el único ecosistema en que pueden convivir armoniosamente". Trópico de Cáncer (Tropic of Cancer), obra que será editada simultáneamente en inglés y francés. Los conflictos con la censura mantendrán esta obra inédita en Norteamérica hasta 1961; en esta época, Miller será ungido maestro de la proclamada revolución sexual del momento, pues trataba sin tapujos las situaciones de sexo explícito y mostraba una corrosiva ironía al referirse a los supuestos valores del puritanismo, ya sea en su versión francesa o norteamericana.
Sexus se centra sobre todo en las experiencias sexuales del narrador-protagonista, y éstas se narran con una absoluta carencia de prejuicios, de un modo directo pero no por ello descuidado, sino todo lo contrario: dotando a esta temática de una dignidad literaria que hasta entonces muy raramente había tenido. La fuerza expresiva, la imaginación metafórica y la pasión en la creación verbal convirtieron esta novela en uno de los clásicos más escandalosos de todos los tiempos, pero, sobre todo a raíz de la continuación de la trilogía, pronto se comprendió que esta novela es un paso previo y necesario en la exploración de las dimensiones principales del ser humano. Con Sexus abre Henry Miller la trilogía. Si bien los Trópicos descubrieron a muchos lectores la fuerza y la potencia expresiva de Miller y supusieron una piedra de toque para la narrativa posterior, esta trilogía mantuvo el mismo nivel, desprendiéndose de las referencias a espacios geográficos para centrarse en las vivencias del narrador-protagonista.
Plexus es el volumen central de la trilogía. Esta novela recrea mediante flash backs la infancia del genial escritor, y, desde el presente narrativo, su abandono contra viento y marea de toda otra ocupación que no sea la escritura, librándose para ello de cualquier atadura con las convenciones, las rutinas o los supuestos deberes. Atrapado en un empleo insatisfactorio que finalmente decide abandonar, su lucha denodada por conseguir publicar su obra se convierte en una obsesión, que las dificultades de todo tipo (económicas, afectivas, sexuales) van contrapunteando con notas a veces humorísticas. El espacio que se concede a la reflexión sobre literatura, sobre el funcionamiento de la sociedad capitalista y sobre el componente espiritual del hombre acrecientan el interés de una novela intensa y de un ritmo arrebatador.
¡Guau! ¡Guau, guau! ¡Guau! ¡Guau!
Ladrando en la noche. Ladrando, ladrando, Grito, pero nadie responde.
Chillo, pero no contesta ni siquiera el eco.
'¿Qué prefieres, el oriente de Jerjes o el Oriente de Cristo?'
Solo...con eczema cerebral.
Solo por fin. ¡Qué maravilloso! Pero no es lo que yo esperaba.
¡Si estuviera a solas con Dios!
¡Guau! ¡Guau! ¡Guau!"
Nexus concluye la trilogía, al tiempo que ofrece los antecedentes de los Trópicos. Se centra sobre todo en la relación de su protagonista con Mona, su segunda esposa, y en las circunstancias y reflexiones que le conducen a comprender que sus raíces culturales están en Europa y, por tanto, sólo allí le será posible convertirse en el escritor que pretende ser. El sexo, vivido casi como una experiencia mística, la búsqueda de los recursos mínimos para sobrevivir en una sociedad como la neoyorkina sin renunciar a la creación literaria, y sobre todo la literatura misma, son los ejes principales de la novela. Tanto por el descarnado retrato del ambiente moral que ofrece como por la exploración en los comportamientos propios y ajenos, a menudo se ha destacado Nexus como la mejor de las novelas de Miller. La novela, además, tiene un final apoteósico. O, mejor dicho, una despedida apoteósica antes de subir al barco que le llevará a Francia. pero, eso desvelar el final y, claro, no estaría bien.
PS: Ya he repasado obras de Hemingway, de Fitzgerald, de Joyce, de Miller ahora. Son elementos destacadísimos de la llamada "generación perdida", aquel grupo de escritores anglosajones que vivieron con intensidad en el Paris de entreguerras. Me faltan Dos Passos y Capote, y, claro, Ezra Pound.
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