Goriot en Paris
"La obra de Honoré de Balzac, desmesurada e innovadora, recogió el impulso de la naciente ciencia de su siglo en un esfuerzo titánico por describir y reflejar la sociedad circundante. La serie novelística La Comedia Humana es la plasmación de este intento". Por si fuera poco Federico Engels dijo “yo aprendí más sobre lo que es la sociedad burguesa, el capitalismo, etc., leyendo las novelas de Balzac que con el conjunto de los historiadores, economistas e investigadores de estadísticas profesionales de su época”. Engels, el gran científico social, el gran crítico de la economía política, dice eso. Resulta una formación, como poco, sorprendente. Un escritor conservador y reaccionario como Balzac le dio instrumentos a Engels para entender, para criticar, para analizar la sociedad capitalista. ¡Tela!
Después de leer todo lo anterior, quedaría poco que decir, a no ser que... Resulta que Balzac fue el precursor de la novela moderna. Sus ansias de triunfo y riqueza hicieron que fuera un escritor muy prolífico. Gastaba cantidades ingentes de dinero en trajes llamativos y lujos extravagantes, comía compulsivamente y se embarcó en varios proyectos destinados al fracaso. Con todo, Balzac se convirtió en el creador del realismo literario y se postuló como uno de los máximos representantes de la literatura francesa del siglo XIX.
No tuvo una infancia feliz. A los cuatro años, sus padres le internaron en un colegio de la Vendôme. Ya adolescente se trasladó a París. Allí estudió leyes, como casi todos los hijos de la pequeña burguesía, y se licenció sin grandes méritos. Poco después, comenzó a trabajar como pasante de un abogado. Compaginaba el trabajo con clases de literatura en la Universidad de la Sorbona, hasta que decidió comunicar a sus padres que se dedicaría por entero a ser escritor. En pleno auge del romanticismo, Balzac escribió sus primeras novelas, que firmaba con seudónimo. La crítica se ensañó con él y se mofó de sus aires de grandeza. Decepcionado, abandonó la novela para dedicarse a escribir artículos en periódicos de poca monta entre 1821 y 1828. Los fracasos editoriales y las deudas acumuladas le hicieron volver a la literatura. Tenía 29 años y empezaba la que sería su carrera definitiva como escritor. En 1828 publicó Los chuanes, una crónica ambientada en la Revolución Francesa, y por primera vez firmó con su nombre real. Cosechó un éxito rotundo que le valió el reconocimiento de sus coetáneos.
Papá Goriot es una de las novelas más notorias e influyentes de la sera “La comedia humana”. Se publicó por primera vez en 1835 y relata la historia de la educación del joven Eugène de Rastignac, así como el nefasto declive del padre Goriot. La novela posee muchas de las características que se transformaron en el sello distintivo de las obras de Balzac, incluidos personajes que surgen en varios libros, una ansiedad por el dinero, pasiones devoradoras y una forma de jóvenes héroes y hermosas mujeres pertenecientes a la casta de clase alta de la época. Es, claro, uno de los cien mejores libros de la historia según el Club del Libro de Noruega.
En Papá Goriot, Balzac ha escrito el drama de la paternidad, como lo hizo Shakespeare en El rey Lear, y a menudo se han establecido comparaciones entre las dos obras; no hay, a la verdad, diferencias entre el drama de un comerciante, de un especulador de la revolución y un rey: el especulador, y el rey, debajo del manto y la corona, debajo del ropaje de un burgués, del mercader arruinado, son padres. Esta es la lección de Balzac. Lo que se necesitaba era el artista. Así Balzac, censurado por los románticos por la vulgaridad de sus temas, la condición de sus personajes, pudo decir, en cierto momento, y como hemos visto: "Hay tanta tragedia en mis dramas de burgueses como en vuestras tragedias luctuosas."
Lecciones aparte, descontadas las influencias, hay algunos matices de Papa Goriot que me resisto a obviar. El primero tiene que ver con el nombre. En mi edición, de 1974, el autor aparece como Honorato, y no Honoré. Honorato me recuerda al marido de Rosa María en aquella comedia televisiva de los 1980: “Honorato, ¿encendemos el televisor?”. El segundo tiene que ver con la casa de huéspedes de la señora Vauquer, "Cofians de soltera", en la que desarrolla la historia. En algunos momentos, me recuerda a espacios similares en comedias como Ninette y un señor de Murcia o Vente a Alemania Pepe. Se que suena a sacrilegio. Pero, es a lo que me recuerda. Esto unido al soprendente conocimiento de Balzac en materia de telas, encajes, brocados...decoración en general. El tercer y último matiz está relacionado con el título. el original es Pére Goriot. O sea, Padre Goriot. Sin embargo, lo convertimos en el cariñoso "Papa". En algunas ediciones, como la de Alianza, aparece como El tío Goriot. En fin, un lío. Todo eso para contar la historia de "un hombre bueno y honrado, que jamás dijo una palabra más alta que otra, ni perjudicó a nadie, ni hizo mal alguno".
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