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J. Goytisolo, transgresor y herético


Juan Goytisolo


"Cada escritor ha de intentar, como pueda,

conseguir que su público ideal, en el que sueña, le elija a él,

precisamente a él como a su autor. Y que los dioses repartan suerte".


- José Agustín Goytisolo, Introducción de El rey mendigo.



Francisco Perejil escribió en 2017 un artículo en El País titulado "Goytisolo en su amargo final" que, como poco, podía calificarse como "desgarrador". Casi cuarenta años antes, refiriéndose al escritor, el crítico Antonio Vilanova hablaba de "la expatriación y el desarraigo" que trasciende a la obra. Hay algo eso sí que, como recuerda Carlos Fuentes, se repite en Goytisolo: el argumento no está pre-escrito: "solo se encuentra hablando el viaje del texto": Juegos de manos, Duelo en el paraíso, la trilogía El mañana efímero. En 1966, publicó en México Señas de identidad que rompía con el realismo social predominante en la década anterior, siguiendo así los pasos de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. Señas de identidad tiene, por cierto al igual que muchas de sus obras, una clara inspiración autobiográfica.


Con Susan Sontag


Resulta que los Goytisolo y yo tenemos algo en común: Lekeitio (el lugar de donde es mi padre y donde vivo). De aquí procede su bisabuelo, un carpintero de ribera que emigró a Cuba e hizo dinero con la explotación de ingenios azucareros pero también con el tráfico de esclavos, hechos que registra con vergüenza en las cartas reproducidas en Señas de identidad y también en Juan sin tierra. En otras obras como Coto vedado o En los reinos de Taifa también fustiga a sus antepasados. Un excelente complemento es el ensayo Los Goytisolo de Martin Rodrigo con introducción del propio Juan Goytisolo.




A través de su personaje protagonista, Álvaro Mendiola, Juan Goytisolo busca, entre materiales tan diversos como cartas, fotos, mapas, papeles, informes y conversaciones, una identidad desdibujada tras su paso por el exilio. Sin sentirse francés, pero sin reconocerse como español, el alter ego del autor se dispone a buscar unas raíces difusas entre la mezcla de voces que encuentra al regresar a una España muy distinta de la que abandonó tras la Guerra Civil. Señas de identidad es una narración que se enreda en una exploración temeraria, utilizando con gran habilidad y cuidado, múltiples recursos atinadamente seleccionados, para relatarnos como Álvaro Mendiola va rompiendo a lo largo de su vida con los valores que le inculcaron en la infancia: su valor religioso, su posición social, su lengua, su patria. Esta ruptura lo lleva a buscar nuevos valores, de los que también renegará mas tarde y que le dejarán como legado una gran soledad y amargura, además de una sensación de falta de asidero, por lo que volverá a comenzar su búsqueda, volviendo su mirada al pasado: tratando de identificarse con el tío abuelo Néstor, que se suicidó en Ginebra, lugar donde su esposa Dolores abortó al hijo de ambos.


Goytisolo, Fuentes y García-Marquez en 2008


Juan Goytisolo, como ocurre con otros grandes escritores, es un autor para el lector-lector. Adentrarte en su obra necesita un esfuerzo al principio. Una segunda lectura. A partir de entonces, se disfruta y nada sería igual. Me ocurrió algo parecido con Proust.


Referencias bibliofráficas


Santos Sanz, Lectura de Juan Goytisolo, Madrid (1977): Ámbito Literario.


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