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Querida Gabriela


Esta alma de mujer viril y delicada,

duce en gravedad, severa en el amor,

es una encina espléndida de sombra perfumada,

por cuyos brazos rudos trepara un mirto en flor.


Cuando leí "Tala" me embargó una doble emoción: la primera fueron tu versos. Luego, tu generosidad. En 1938, donaste los derechos de aquel libro para ayudar a los niños vascos que había salido al exilio. Y esto escribiste en el prólogo: "Tomen ellos el pobre libro de las manos de su Gabriela, que es una mestiza de vasco, y se lave 'Tala' de su miseria esencial por este ademán de servir, de ser únicamente el criado de mi amor hacia la sangre inocente de España(...) Es mi mayor asombro, podría decir también que mi más aguda vergüenza, ver a América española cruzada de brazos delante de la tragedia de los niños vascos(...) El océano esta vez no ha servido para nuestra caridad, y nuestras playas, acogedoras de las más dudosas emigraciones, no han tenido desembarcadero para los retoños de la desgraciada Vasconia. Los vascos y medio vascos de la América hemos aceptado el aventamiento de esas criaturas de nuestra sangre y hemos leído sin que el corazón se nos arrebate(...)Es la primera vez en vida que no entiendo a mi raza y en que su actitud moral me deja en un verdadero estupor”. Es el mismo estupor que produce que el Instituto Cervantes "borre" la parte vasca


Con su abuela


Gabriela Mistral nació Lucía Godoy Alcayaga el 7 de abril de 1889, en Vicuña, en los altos Andes. Murió cuando tenía 67 años. Obtuvo el primer Nobel de Literatura para América Latina en 1945. El año que terminó la Segunda Guerra Mundial, la catástrofe más grande creada por el ser humano. Una maestra rural que alcanzó la gloria junto a los más grandes autores del siglo XX por obras como Desolación, Ternura, Tala y Lagar . El galardón le fue otorgado, según el acta de la Academia sueca, «por su poesía lírica que, inspirada en emociones poderosas, ha hecho de su nombre un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano» .

Gabriela y Yin Yin


Vivió con intensidad algunos momentos trágicos. En 1942, mientras vivía en la ciudad de Petrópolis, Brasil, fue impactada por el suicidio de dos de sus amigos, Stefan Zweig y su esposa, ambos judíos que habían huido de la persecución nazi. Un año más tarde, en 1943, recibió un golpe aún más doloroso, cuando su sobrino Juan Miguel, a quien apodaba con cariño maternal "Yin Yin", también decidió quitarse la vida.

Gabriela y Doris Dana


Gabriela Mistral era lesbiana. Lo cierto es que no debería ser un dato relevante, lo sé. Simplemente, hay sacarlo a relucir todas las veces que sea preciso, ya que la poetisa chilena vivió sin que le fuese reconocido su derecho a disfrutar de la que fue su gran historia de amor, de una forma totalmente libre. El chileno Rolando Jimenez escribió en 2009: "Sí para unos es morboso referirse al lesbianismo de Mistral, pues ¡que se hagan ver! Quienes vemos en el lesbianismo una preciosa forma de amar y sentir, seguiremos por nuestra parte admirando a Mistral, sin vendas, sin censuras, conociendo plenamente su literatura e interiorizándonos, ahora con Niña Errante, en su forma de amar. ¡Que privilegio!"




La obra poética de Gabriela Mistral surge del modernismo, más concretamente de Amado Nervo, aunque también se aprecia la influencia de Frédéric Mistral (de quién tomó el seudónimo) y el recuerdo del estilo de la Biblia. De algunos momentos de Rubén Darío tomó, sin duda, la principal de sus características: la ausencia de retórica y el gusto por el lenguaje coloquial. A pesar de sus imágenes violentas y su gusto por los símbolos, fue, sin embargo, absolutamente refractaria a la "poesía pura", y, ya en 1945, rechazó un prólogo de P. Valéry a la versión francesa de sus versos. Sus temas predilectos fueron: la maternidad, el amor, la comunión con la naturaleza americana, la muerte como destino, y, por encima de todos, un extraño panteísmo religioso, que, no obstante, persiste en la utilización de las referencias concretas al cristianismo. Al citado Desolación siguieron los libros Lecturas para mujeres destinadas a la enseñanza del lenguaje (1924); Ternura (1924), canciones para niños; Tala (1938); Poemas de las madres (1950), y Lagar (1954). Póstumamente se recogieron su Epistolario (1957) y sus Recados contando a Chile (1957), originales prosas periodísticas, dispersas en publicaciones desde 1925.



Recibiendo el Premio Nobel


En 1945 la Academia Sueca galardonó finalmente a Gabriela Mistral con el Premio Nobel de Literatura, premio que recibió el 10 de diciembre de aquel año. Años después de este reconocimiento de carácter universal en Chile se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1951. Galardón que viene coronado a nivel nacional en 1954 con Lagar, que corresponde al primer libro de toda su producción publicado en Chile antes que en el extranjero.



Hace un tiempo, se produjo una polémica sobre que nombre darle al aeropuerto de Santiago de Chile: Gabriela Mistral o Pablo Neruda. Las feministas chilenas opusieron. No se podía homenajear a un hombre que calificaron como machista, misógino y violador. Por su parte el escritor chileno Jorge Edwards, escribió: "Si el voto, en esta extraña elección de nombres, fuera secreto, yo ya sé qué nombre votaría, sin la más mínima duda. Gabriela fue una gran precursora del feminismo de ahora. Fue la poetisa de la maternidad y de los niños americanos. La gran poetisa del futuro, del consenso en las nuevas sociedades nuestras. En otras palabras, precursora de los espacios de libertad de nuestros mundos marginados y mal interpretados".

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